viernes, 26 de noviembre de 2010

EL HUMEDAL NO HA MUERTO, VIVA EL HUMEDAL!

 Uno de los  pocos humedales que han sobrevivido a la desordenada urbanización de la capital colombiana, así como a la inoperancia de las entidades ambientales del Distrito, ha sido el Humedal de Córdoba. Cuarenta y tres hectáreas de pantanos, refugio de aves y varias especies animales al norte de la ciudad. Porque durante muchos, pero muchos años, al igual que la mayoría de los cuerpos de agua de la Sabana de Bogotá, fue objeto de  intentos de invasión, desecación y urbanización y sus aguas contaminadas por aguas negras y toda clase de desechos. Hace más de treinta años al convertirnos en residentes de una de las etapas de la urbanización Niza, empezamos a disfrutar pero también a padecer dicho vecindario Y digo padecer porque conscientes de que teníamos el privilegio de vivir cerca de una de las pocas reservas naturales de la ciudad, también teníamos que observar a diario su deterioro por el abandono y la ignorancia con respecto a su importancia como pulmón de una ciudad con aire altamente contaminado y de su función como hábitat de numerosas especies (118 variedades de pájaros) y vegetales, así comode su función como filtro y regulador de aguas lluvias. Fueron años de sufrir la impotencia de ver cómo lo que debía ser un lugar de alimento para el espíritu era convertido en una gran cloaca. Pero, no todo era indiferencia y poco a poco con el paso del tiempo, los residentes de los barrios Niza, empezaron a batallar por su recuperación. Batallas que dieron como resultado que finalmente y luego de más de treinta años, la entidad encargada de su conservación, iniciara las obras que prometen su recuperación. Ahora, protegido a lo largo de toda su extensión por un cerramiento en malla y separadas las aguas lluvias de las negras, el enfermo promete restablecerse. No más lugar de invasiones, no más lugar de vertimiento de basuras. El humedal no ha muerto, que viva el humedal!

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